El Concepto

“El Poder de dar Gracias”

“Más acera de la apreciacion”

Apreciación versus Elogio

Cuando era un niño, crecí escuchando expresiones como “buen niño” o “lindo trabajo”. Estas expresiones de “aprobación” siempre eran, agradables de escuchar, pero siempre me dejaban pensando. ¿Qué significa “lindo”? también me dejaban un poco nervioso. ¿Significa eso que puedo no ser “bueno” si hago algo diferente?

Estas eran las instrucciones que recibí sobre cómo ser un humano. Ese era el “elogio” que recibía de “quienes estaban a cargo”. De este “elogio” aprendí que ciertas conductas se ganan la etiqueta de “buenas”. También me recuerdan que puedo perder esa etiqueta si la gente a cargo decide que mi conducta no fue “buena”.

Me he dado cuenta que las expresiones de elogio que recibí fueron frecuentemente diseñadas para que me comporte de una determinada manera. Otras fueron diseñadas para que sepa que otras personas apreciaban mis acciones y estaban agradecidos por lo que hacía.

La segunda categoría se sintió muy diferente. Estas expresiones me tocaban en una forma que se sentía conexión y claridad. Estas son las que quiero entender y de las que quiero ser parte. No eran “elogios”, sino que eran apreciación.

Vivir en Apreciación

Usar las habilidades que hemos aprendido en este curso hasta ahora podemos experimentar una apreciación de forma más profunda y más satisfactoria. También, como discutimos hace unas semanas, a través del lenguaje podemos compartir experiencias con otros.

Dentro de mí mismo puedo utilizar la habilidad de sentir sentimientos y conectarlos con mis necesidades para notar las copiosas cantidades de “encuentros” que estoy experimentando a través del día. Ahora mismo, mientras escribo estas palabras, mi cerebro está teniendo pensamientos, traduciéndolos a palabras y organizándolos en oraciones, ayudando a mi cuerpo a tipearlas dentro del mensaje que están leyendo y ayudándome a compartir esto con ustedes… Auto expresión, mmmmmmmm. Todo este tiempo, mientras estuve sentando en mi oficina que está nítidamente 30 grados más cálida que el exterior, mientras estoy completamente vestido, bien descansado, mientras mi corazón bombea vida a lo largo de mi cuerpo, mientras mis pulmones me están trayendo aire fresco, mientras los árboles están contribuyendo a crear ese aire fresco , mientras esta gran esfera de agua azul, tierra y vida gira en el espacio, mientras el sol nos da calor y luz… Confort, seguridad, cuidado, bienestar, paz mental, comunión… ¡De esto es de lo que estoy hablando! Puedo notar esto. Puedo sentir esto, puedo ver que hay miles de cosas sucediendo que están contribuyendo a la satisfacción de mis necesidades. Podría seguir… Y voy a seguir (aunque voy a detenerme para poder seguir escribiendo, jejejeje). Sintetizando simplemente, la práctica de la apreciación hace que mi vida y las vidas de quienes me rodean sean más maravillosas.

Recibiendo Apreciación

Hace algunos años, mi pareja y yo desarrollamos una práctica de tomarnos unos minutos cada día para compartir nuestra apreciación por como contribuimos mutuamente a nuestro bienestar. Al principio era un poco incómodo para mí. Después de un poco de autoempatía me di cuenta de que era porque cuando estaba creciendo, la apreciación normalmente había tenido que ver con algún sentido de “aprobación” y de “poder sobre” y engendraba mi ansiedad.

Con un poco de práctica aprendí a recibir la apreciación como algo que me colma en lugar de algo que me en lugar de como algo en lo que me sostengo. La apreciación de otros se ha convertido en algo que suma en mi vida, en vez de algo de lo que dependo para sentirme bien conmigo mismo. Este cambio me da una experiencia muy diferente, una que es muy elegida y gratificante.

También he toda que en vez de sólo pensar en las cosas que hicimos o que hacemos, cuando pensamos específicamente en las necesidades a las que contribuimos mutuamente a través de nuestras acciones, nuestra experiencia es aún más profunda y satisfactoria.

En Práctica

“Una experiencia conmovedora”

Hace algunos años, cuando estaba viviendo en el Upper West Side de Manhattan, estaba en mi librería favorita, una Barnes y Noble en Broadway.

Estaba haciendo fila para subir en la escalera mecánica, como es muy común en la ciudad, y noté a un padre y su hijo de tres años acerándose a la escalera en movimiento.

El padre estaba agobiado con la carga de todo un día de compras, un carrito de bebé y su hijo muy cerca detrás de él. Mientras el papá se subía en la escalera mecánica zarandeando sus bolsas de compras, su hijo se detuvo ahí congelado, intentando darse cuenta cómo subirse para acercarse a su papá que bajaba rápidamente. El pequeño niño llamó en una voz asustada y levemente temblorosa: “¿Papá?”

Para el tiempo que su padre se dio cuenta de lo que estaba pasando, estaba muy lejos mirando el espacio que crecía entre ellos desde la mitad inferior de la masa de escaleras metálicas en movimiento.

Viendo esto, me acerqué y le extendí mi mano al niño a punto de entrar en pánico en la cima de las escaleras. Le hablé: “Toma mi mano”. El la tomó. “¿Listo? Aquí vamos.” Juntos dimos el paso para subirnos a la escalera mecánica. Y fuimos hasta abajo.

Mientras íbamos bajando y pisamos suelo sólido, él me miró directo a los ojos y dio un tierno suspiro de alivio, luego dijo tal vez el más sentido y pequeño “gracias” que escuché en mi vida.

Fue tan sincero y lleno de profunda apreciación, que casi lloro de la alegría por este maravilloso intercambio. Siento calidez ahora mismo recordándolo. Pude claramente ver y sentir lo que esto significó para mi pequeño amigo. Su padre estaba bastante feliz y aliviado también. Le debo a mi práctica de compasión que este aparentemente “pequeño” momento haya sido tan maravilloso para mí. Y se lo debo también a mi habilidad de conectar completamente con los sentimientos y satisfacción de necesidades del pequeñito en ese momento, un momento que voy a apreciar para siempre.

Queda mucho más por venir en el Curso de Compasión…

Práctica(s) de la semana

Práctica #1 – Chequea de nuevo

Como hicimos la última vez, escribe una lista de cosas que están ocurriendo y las necesidades que están siendo satisfechas en este momento. Por ejemplo, respirar / aire, leyendo esto / aprendizaje y crecimiento, sentado en un lugar cómodo / seguridad. Esta vez, escribe diez o veinte. ¿Cómo te sientes?

Práctica #2 – Apréciate a ti mismo

Escribe tres maneras en las que hayas contribuido en tu propia vida, tres cosas que hayas hecho que disfrutes. Luego escribe las necesidades que satisfaces tú mismo o tú misma. Luego mírate al espejo y di “gracias”. Nota: es difícil hacer esto sin sonreír.

Práctica #3 – Compartir renovado y apreciación

Piensa en algo que alguien dijo o hizo para contribuir a que tus necesidades se satisfagan. Pregúntales pudieras compartir algo de ellos o ellas que aprecias. Luego diles lo que pasó, cómo se sintió y qué necesidad o necesidades se satisficieron.

Por ejemplo: “Solo quiero decirte cuanto aprecié tu compañía en el cine ayer… y en ese sentido, todas las veces que hemos estado juntos… la amistad, la diversión y el compañerismo que traes a mi vida hacen una gran diferencia para mí. Gracias, de verdad.”

Puedes hacerlo en persona, por teléfono o enviar un email o escribiendo una tarjeta.